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pistolas de agua

?¿

Cuentan que un día voló empujado por una desilusión. Nadie comprendió el por qué pero sus motivos le ayudaron a ascender con la potencia necesaria  para cruzar varios universos en un pestaño. A veces preguntan por el, casi nadie le recuerda. Cada noche sonrio sabiendo que ahora esta mejor, creo que yo también le empuje un poco. Aquel sueño también se evaporó entre mis brazos.

El corazoncito de mi reloj

Al despertar el reloj estaba en blanco, no parado, ni con la agujas en una posición inmutable. Estaba en blanco. Se le apago el corazón, ya no transcurre el tiempo. Tal vez confió demasiado en los relojes, o me  obsesiono con el tiempo, o con la distancia. Últimamente mi disco de cabecera es “Canciones para el tiempo y la distancia” (del gran Iván Ferreiro).  

 

Dentro de unos días (o de unos meses) lo llevare a algún especialista para que le transplante un corazoncito. Otro que vendrá envuelto dentro de una cajita, guardado en cualquier cajón, esperando su oportunidad. Y le dará de nuevo vida a su cuerpecito. Entonces despertará y recuperará el tiempo perdido, con prisa, querrá disfrutar del tiempo que ha estado parado, disfrutará, como el anterior, con las pequeñas cosas que puede vivir desde mi muñeca, le enseñaré el mundo, dormiré junto a el....   Cuando le pregunté me contestará totalmente sincero, con la ilusión de cualquier principio. Seremos nuevamente inseparables.

 

Creo que durante unos días, yo también voy a parar mi corazón. Asumiendo el riesgo de que no haya nadie que haga lo mismo que yo con mi reloj.

De principes y princesas

Princesa equivocada en su rincón

cansada de sapos cantate

de agrios besos con sabor

a caries y despedida,

de camas calientes y gente muy fria.

 

Príncipe confundido en su sueño,

que quiso ser:

pesadilla de la bella durmiente,

violador de ancianas,

perdió su vida

entre alcohol,

poesía,

y cocaína.

 

Los presentó, tal vez, la mañana,

allá donde el manantial huele a sumidero,

donde los caballos desdentados

se ríen de tu sexo....,

y tu

añorando paraísos perdidos,

con un reloj en cada mano,

no consigues comprender

que la vida dura

lo que duró

aquel orgasmo perdido.

 

Nadie apostos por ellos,

aunque lo merecían

cada mañana se vuelven perro

con los sueños tristes

que les escupe el espejo a la cara.

Las agujas que marcan el tiempo perdido

les perforan los ojos,

y el brazo.

Prófugos del tiempo y la distancia,

en una cucharilla de café

calientan la esperanza de escapar

y se miran

sonrientes pero avergonzados,

ocultando las ganas de llorar.

.

No aciertan a comprender

si el fin será el suicidio

o la huida,

que mas da....

paraísos desiertos,

sin recuerdo ni esperanza,

sin necesitad de besos ni caricias….

Dejaron la poesía para los fantasmas de plata

ellos

ya perdieron el miedo

y la batalla.

Demasiada cenicienta

Lleva en la mochilla un cuaderno lleno de dudas,

lleva el beso truncado de su primer chico,

el sueño perdido de su abuela….

las tarde en las que jugaba a ser mayor…

 

Dice que no quiere un verso suicidad encima del armario

amenazando con tirarse de amor…

 

¡Se olvidaron de su huida!

y salio buscando en liberad la tarde

que su padre le pregunto si se drogaba.

 

Le ha puesto nombre a su manera de vivir…

dice que algún día cogerá vacaciones para ir a buscar

todos esos sueños que se quedaron por el camino…

 

Ya no quiere promesas,

ya no cree en la los pájaros marrones de su adolescencia…

 

Dice que no quiere ser la cuenta en número rojos

de la parte trasera de tu coche,

Tampoco quiere ser

la sirena perfecta

de quienes nadan en cenagales*

y se retozan con la boca llena de mierda….

 

Se volvió loca porque creyó en la libertad,

porque se enamoro

allá donde las gaviotas se despiden

portando pétalos amarillos.

 

Se juro que no volvería a creer en la liberta

y si la conseguía algún día

aboliría cualquier costumbre

que jodiera su camino.

 

Dicen que su abriboca quizás se deba al vació

que dejan las estrellas al pasar por su cama,

y como su ábside* no se lo contó a nadie.

 

A decidió abuchear a todo aquel que

no entienda que ella no quiere crecer,

que ya se siente demasiada cenicienta para cuentos cepo

que la intenten convencer de que el chaná*

se quedo dormido entre alguna melodía,

que quizás también se volvió loco en el cenit de tanta fantasía,

marginada, convertida en un simple, sonoro y gástrico sueño

para no volver…

  

Si te dice que sus alas no ha dejado de perezar

agarrote a su pico, quizás envueltos en un poco de locura

puedas escribir un cuento sin cenicientas viudas,

sin príncipes drogados,

sin castillos con vistas al fracaso.

    

Abriboca: distraido.

Ábside: parte del templo donde se encuentra el altar.

Chana: indio

Frente al telefono

Miento para no hacerte sentir culpable por conseguir que esté, durante horas, mirando el teléfono, consiguiendo imaginar en  cada golpe de reloj el principio de una llamada. El reloj sigue marcando, impasible, el paso de algunas horas. A veces me distraigo y de vuelta a mi espera me angustio pensando que tal vez llamaste y yo estaba distraído, imaginándote… Buscando quizás, una excusa para tu retraso, casi siempre mejor que la tuya. Intentando no preocuparme pensando que me olvidaste, que tal vez un secuestro, maremotos, atentados… o quizás un simple atraco en tu banco, cuando  sacabas dinero para nuestra humilde huida.

 

Esta noche, como tantas, acabare durmiendo frente al teléfono, y su irritante sonido me despertara, como siempre malhumorado. No conseguiré decirte todo lo que durante el día he estado planeando: cuanto te echo de menos, lo mucho que me asusta estar lejos de lo que me hace feliz, contarte como he aprendido de memoria todas tus fotografías, resumir los tequieros que desbordan mis cuadernos….

 

Esta noche como tantas, diré que estuve entretenido viendo alguna serie sobre médicos o policías.  Que durante un rato, escribí, leí o escuche música, ¿recuerdas aquella canción que tanto te gustaba? Hace tiempo que la encontré….

 

Una vez mas miento para no hacerte sentir culpable, cuando de madrugada y entre copas, confundes mi numero y por  descuido consigo escucharte, palabras poco entendibles entre el ruido del bar que te encierra, como cada noche, frente al teléfono esperando tu llamada.

Lloraría....

 

Son las nostálgicas lágrimas

de este inevitable llanto

lo único que refresca mi rostro

en las largas noches de fiebre y soledad

 

…y lloraría,

pues ya nada tiene sentido,

hasta la ultima gota de sangre de mi corazón.

 

Pero las lágrimas,

en su huir por mi rostro,

tatuarían  tu nombre,

en señal de venganza ,

por intentar olvidarte.

 

Aunque no lo creas

(*leer al ritmo de “Aunque tu no lo sepas”   –Los Secretos–)

  

Aunque no lo creas

siempre pienso en tu nombre

y sonrió imaginando

mis días en tu calendario..

 

Y si no me encuentras

me pierdo en cada calle,

laberinto de esquinas y bares,

y no encuentro mi cama

fría si faltas.

 

Aunque a veces lo dudes

ya perdí los papeles

y necesito el trozo de cielo

que deshacen  tus labios.

 

He sonreído soñando

me cogías de la mano

y en un playa desierta

jurábamos

no prometernos tanto.

 

Aunque no lo creas

me levanto con tu nombre

y cada día es menos perro

si despierto en tu abrazo.

 

Me perdí contando estrellas

me cegó  tu mirada

cada mañana

imaginarte es

el principio de un oración.

 

Y aunque no lo creas

casi nunca me enfado

y lloro piensas

que no necesito estar a tu lado.

Una tarde cualquiera

La tarde pase, sin mas, esperando la noche. Mi inquietud por ir al nuevo ciro me hace distraer a veces. En este momento la vecina prepara mayonesa casera para una cena familiar. Varios estaran haciendo el amor, otros mueren. En un banco del parque, con mas de setenta años, alguien lee con dificuldad un libro de poesia, y llora. El sol se esconde a ratos entre algunas nubes. Maldiciones al cielo en el patio interior. Un perro baila, varios niños rien.  Y yo solo consigo echarte de menos.

Es viernes, veintiseite de mayo, en mi ciudad la temperatura es de treinta y dos grados, la humedad relativa supera el treinta por ciento, la presion atmosferica esta fuera de mis inquietudes. Y yo solo consigo echarte de menos.

Cronica de una muerte anunciada

Es tiempo para la reflexion, para el estudio, para la meditacion. Hay ciertos hechos que deberia someter al metodo cientifico, no a uno meramente empirico, si no al metodo cientifico mas cuantico que el conocimiento adquirido en estra carrera, tan cogida con alfileres, me proporcione.

En discusiones trasnochadas de barra, a ultima hora de la madrugada, varios poliadictos debaten sobre su ley fisica preferida, llegando el camarero a la conclusion de que la de la relatividad es la mas sugerente. Se equivocaba.

Yo prefiero la inercia. Veo como Einstein me saca la lengua frente a mi mesa de estudio, se burla, supongo, de que no se integrar. El tampoco aprobaria. Cronica de una muerte anunciada. Cada dia cobra mas fuerza mi teoria... Creo que soy de letras...

La puerta de mi armario

Se ha roto la puerta de uno de los armarios de la cocina. Una de sus bisagras llevaba tiempo ligeramente descolgada. Ninguno de los inquilinos nos decidíamos a arreglarlo (todo es cuestión de prioridades) y ocurrio, al final,  lo inevitable. Anoche, entre el silencio y el calor de una madrugada casi veraniega termino por descolgarse. Ahora pasamos por delante de el sin prestarle demasiada atención, aun se sujeta por la bisagra superior, aunque semi-descolgado, ya no consigue ocultar sus sentimientos (perdón, alimentos).

 

Parece absurdo, casi indiferente, pero ahora todo el que pasa por delante puede observa el desorden sentimental (perdón, alimenticio) que hay en su interior. Y de hecho, comentan que tal vez es mejor colocar el desayuno diario antes que las conservas y no al revés, como se guardan en mi armario. Piensa que es cuestión de prioridades, que es más sencillo apartar los recuerdos y disfrutar del presente, desde el desayuno. Aunque no se dan cuenta que en mi armario hay algunas conservas con fecha caduca, de las que me gusta disfrutar observando como cada día, se alejan más de mi presente.

Lo dejo

Lo acabo de dejar, no se si hasta mañana o para siempre

Llora, desnuda, tras la puerta cuando se marcha. Consigue escucharle bajar los escalones hasta la calle. No es otro amante cualquiera, y sin embargo le da miedo asumirlo….. Y la cama es tan grande… y el verano se vuelve tan frió si no siente su cuerpo. Necesita ponerle fecha de caducidad a algo que se le escapa de las manos. Esta vez vivir al día significa pensar a diario en el futuro. Se ciega con el humo del cigarro cuando piensa en el,  disimula el llanto en la ducha. Y se excusa cuando pronuncia demasiado su nombre. Busca su cara entre la gente, esconde tras un libro de poesía que esta apunto de llorar. Mira demasiado el calendario, soborna al reloj, bebe para que pase el tiempo, todo va tan despacio… Cierra los ojos fuerte para verle,  y sonríe, inocente, abrazada a la almohada. El teléfono no suena,.. -¿Que estará haciendo ahora?- Mi habitación no olvida el olor de tu cuerpo.

Sin mas

Suena a dulce,

viviendo tirado en la hierba,

hasta el ruido de los pájaros se confunde,

la tormenta parece el recobeco  que deja vacio

el sueño de tu almohada.

Se estan secando las flores

donde un día sin más...,

Ahora duermen los suspiros

que se conciencian de lo puta que es la vida,

ya nadie se fija en su nada,

ya todo ha perdido su color,

ahora que pisan sus dibujos las patas de

los peces de barranco,

ya no dicen nada las notas

de sus tacones, se peinaron las puntas

con alfileres de ciudad.

Se estan durmiendo los textos

para justificar, se perdieron  en el cajón

de aquel que dijo que nunca hará...

Loco, arrebatando las batallas que nunca te ganarás,

vas predicando lo puta que es tu vida..

Se te olvidó el desayuno,

la ropa interior colgada en la nariz

de la estatua de la libertad.

Ruidos Cotidianos

Cuando la puerta se cerró, fue como si  hubiese absorbido todos los ruidos cotidianos de mi vida y al golpearse los soltara,  invadiendo mi pestañeo con cierto resquemor. ¡Ahí estaba! con una postura no ergida, de pie, en medio del salón completamente desnuda. Observé a mi alrededor y de pronto sentí como me invadian miles de sensaciones extrañas envueltas entre un silencio obsoleto que solo se dejaba romper por el aliento de las timidas agujas de mi reloj, marcaba las doce del medio día, no recordaba de que dia.

Me dirigí hacia la ducha, deje correr el agua templada y observé como el vaho empezaba a cubrir el espejo tapando mi cuerpo en su reflejo, me coloqué bajo la ducha y dejé que el agua recoriese por mi cara humedeciendo mis senos, recorriendo todo mi cuerpo. Estuve sin moverme más de diez minutos hasta que de pronto empecé a sentir por mi nuca un perfume todavía muy vivo que ondeaba bajo mi piel, me dejé llevar por todas las sensaciones extrañas que  trajo consigo y entre tanto llegue a su boca, empecé a recordar...... Acababa de hacer el amor, por eso estaba desnuda, la puerta que se cerró me recordó que era lunes.. cuando salí de la ducha el agua ya se había enfriado, coloqué una toalla alrededor de mi pelo y cuando levanté la cabeza, me encontré de nuevo frente al espejo, con una sonrisa que daba de nuevo vida a todos los ruidos cotidianos que andan, con su locura, por las esquinas...

En el puerto

Sentado en el puerto, con los pies semidescalzos, cogando hacia la cercana y calido agua del mar, que casi podia tocar con la punta de mis dedos. Encendí un cigarrillo, sintiendo la soledad, por la que nunca que me sentí culpable sino agradecido. 
(...)
Quería ver atardecer, como tantas veces habia hecho, cada día esperaba que fuese distinto, que con el atardecer cambiase algo en mi vida como cambia el sol de un lado a otro del horizonte. No es esperanza, ni menos un deseo, un simple sueño de niño. No sabria que cambiar en mi vida, tal vez nada, tal vez aumentar mi soledad, soledad que llena mi vida, la que a cualquiera le retorceria el alma hasta desolar y a mi me colma de vida.
(...)
No queria hablar con nadie, ni  pensar, simplemente ver atardecer tras atardecer mi reflejo en la rojizas aguas del mar, que parecian en agonia. Agonía causada por el inmenso y debil sol que ocupaba casi todo aquel infinito horizonte, que transpasaría para quedar oculto tras el mar, espejo de mi vida.
(otoño del 98)

Cobardia

Míseras cobardes son las líneas que se le escapan a mi conciencia,

cuando aprovecho el vacío de la nada,

el opaco y recto color de las cosas que saben a triste,

cobardes, las yemas de los dedos que

van rozando tímidamente la curva que

ondea coqueta debajo de tu ombligo,

estúpido el linaje de mis pensamientos que

van sencillamente hacia donde yo los dejo……….

 

 

¿Para que me sirve sentarme junto a mi memoria?, 

 no le voy a ganar la batalla a lo que ya esta muerto……….

 

 

Por si se me olvida recordar,

quiero saber que ando vagabunda por la senda de la noche,

me dejo querer por si se me olvida que es eso,

dibujo mi pantinaje* en tu sonrisa eterna,

en esa boca que anda loca buscando una razón suicida,

intentando olvidar, que ya no recuerda nada……….

que todo va pasando,

sin más razón que la de existir..........

 

 

*pantinaje: creencia de que existe un solo dios

 

La lluvia

Me gusta escuchar la lluvia, sentado sobre la cama con un buen libro de poesía entre las piernas. Me gusta despistarme de la lectura y ver como el calor de la habitación empaña los cristales. Y dibujar formas con el dedo para limpiar el vaho y ver caer el agua sobre los charcos. Como los coches salpican al pasar, como corre la gente que no tiene paraguas a refugiarse bajo los balcones. Y yo, calentito en casa, recordar al ritmo de la lluvia versos de nunca recitaré.

 

Llueve…. pero en esta ciudad todo es distinto. Nueve pisos me separan del sonido de la lluevia contra el suelo, los cristales reforzados no se empañan y detesto el tráfico. Ya no te busco entre la gente que se refugia frente a mi ventana porque asumí que estas muy lejos de aquí.

Bocadillos de tortilla, Pizza Hut y el comunismo.... y mi cabeza no asimila lo que cambia en un segundo mi concepto de alegria....

(lo escuche por ahi, supongo....www.luisramiro.com) 

 

02/05/06

Sentí que se paraba el tiempo cuando aquel desconocido apretó el botón de mi cámara digital. Nos besábamos frente a algún monumento en uno de nuestros primeros viajes juntos.  Duro un segundo o un segundo y medio.  Cuando pienso en aquella fotografía, que nunca llegare a ver, siento como el tiempo aun sigue  detenido. Y es que existen zonas en la memoria en las que se guardan los recuerdos para los que nunca pasa el tiempo. Aun estoy seguro de aquel segundo o segundo y medio fue el momento  más feliz de mi vida. Gracias desconocido por huir con mi cámara,  por detener el  tiempo y nunca volver a ponerlo en marcha.