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pistolas de agua

Cuarenta grados

Podemos paliar que no nos hacemos daño, podriamos hacer un dibujo paralelo de donde empiezan y hasta donde llegan nuestros sueños..Tal vez no es tan raro que odie el verano, que me duelan las ganas cuando puedo divisar desde lo alto de mi ventana acercarse una parulla y aunque estan de paso se que alguno disparará, porque no son quijotes en busca de dulcineas, ni confunden los molinos, van con armas de plastico azul, solo quieren mojarte la sonrisa y aunque no lo parezcan algunas veces tienen prisa.

A aquel que me dijo que mi abuela no me podía escuchar, le regalo una lágrima para que se duche todos los veranos con agua dulce, tan dulce como mis ganas de verla sonreir antes de largarse..

A aquel que dibujó un eccema en mi pecho con forma de sonrisa, le regalo los cien poemas que aquel verano le dedique, no recuerdo ninguno, lo único que sé es que todavía el sol sigue pintando una sonrisa debajo de mi ombligo

Y ahora que todavía ando sin ganas de sentirme cada día más efebo,  me sigo sorprendiendo y  te digo al oido que tengo una macana que dispara promesas que se visten de cobardía, que ya no puedo malcriar a mis pensamientos...

No puedo repetirme en cada uno de tus suspiros si soy una hija de puta o si me escapo de puntillas para no despertarte, para no ver más allá de lo que tu sonrisa pueda llegar.

Quizás ahora que tengo prisa se me vaya durmiendo lentamente las manos, si ya no hay caricias, que mi amatista son los peldaños que me llevan al infierno de tu boca, que nos aniquilamos la voz buscando una simple razón, que ya no son de balde tus sueños, ahora que tenemos que matar,..

Ayer me sabia a sopa de caracoles la cerveza de la vida, ayer andaban buscandote para destetarte de las buenas costumbres con olor amargura, con risas de verdad, con lágrimas de sapo, ....

Hoy que vuelve a ser verano, sigo aqui, vaciando los dolores de andar despacio, colgando de la percha el sudor frio de noches de más, equivocándome de cuarto de baño, bailando en la cama, subiendo a tu tejado y aqui sigo a la sombra con cuarenta grados de miedo, con baños de sudor, cristales empañados, sigo buscando una casa fresca para pasar el verano, lejos de mi memoria, a orilla de mi conciencia, desnudándo a las ganas, de eso en lo que todos los hombres andan pensando...

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