Suicidio
Todos los momentos suicidas buscan la penumbra, no dejando ver la cara dulce de la abstinencia, todos los días vienen a golpes de avaricia en el preciso intante en el que disfruto del último bocado de mi.
Y cuando me quito el pijama se despierta el espejo, entonces se rie de mi, entonces me mira con locura, me llama a gritos de prisa, y si me toco, me susurra que no apague la luz, y si le toco... si le toco gime y chirria... Garabatos entre segundos y la sombra de mi busto, todavía sigue excitada... que no termine, que no se acabe esta noche solitaria.
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