Pujando escepticimo

Si fuese alcaldesa  colocaría en la plaza del pueblo un alabastro de diez metros de altura, uno de esos davices con unas medidas desproporciondas de pene, como un arco que apunta a la ventana de la iglesia, seguro que alguna ninfa se inclina a observar,  por la noche le colocaría cuantro focos, uno de ellos apuntando al miembro que alardea de lo fresca que sale el agua sin parar.. Llenar la plaza de abuelas con litronas y sillas de madera sentadas a la sombra de David..

Organizar excursiones a la casa de alterne, esta vez solo para mujeres, recetarle al cura con la cara magullada una vida entera de paciencia, comprar la fruta fresca en la reventa que hacen con las sobras del bar, jugar a las cartas pujando con tu anillo de bodas,  cocinar escepticismo y las sobras dejarlas para cenar.. Espero que esto provoque una verdadera revolución, idolatrando la copa de vino en alza y como venganza manifestarnos como un puto ser humano, las diferencias sexuales para los amantes de teruel.